Mushroom Anxiety

No se que tienen los primeros días de clases pero a mí siempre me causan una especie de ansiedad compulsiva. Pero no es cualquier ansiedad como cuando uno va al cine a ver la película por la que esperó casi seis meses hasta que llegase a las salas de su cine más cercano, o cuando esperas a que llegue tu mejor amigo de tierras lejanas, o cuando tienes diarrea y ves que a cada paso estás más cerca del servicio (jaja).
No, esta ansiedad es diferente. No el motivo, claro; pues es bien sabido que a cada experiencia o situación nueva, siempre hay un grado de ansiedad. Me refiero a la manera en que se manifiesta físicamente en mis entrañas. No la describiré. Es simplemente... diferente.
Llegué temprano como siempre. Fui el primero en llegar de hecho. Miren que soy daniel y me encanta hacer eso. Resulta que como era de esperarse (pues en efecto, yo fui el último que logró inscribirse en este intersemestral), el aula quedó repleta de gente. Treinta y Ocho personas en un saloncito de los trescientos. La clase se llama (como me enteré hasta el día de hoy), "Liderazgo e Innovación Social".
Y resulta que me gustó. Bueno, aún tengo miedo de las dinámicas que haremos en el futuro. Debería de agregar esto a la lista de cosas que me asustan. Siempre he sido de la gente que se queda calladita en el salón de clases hasta que agarro la confianza necesaria para insultar públicamente a los demás y eso. Que me pregunten algo que no sepa (y que todos los demás lo saben), y no saberlo contestar es como morir en silencio por un instante. Gracias a Dios eso no pasó el día de hoy. (aunque se que mañana no me salvaré...)
El día de hoy nos limitamos a realizar el típico juego de conocernos. Ya saben; dos personas intercambiando información superflua acerca de sus vidas. Por fortuna me tocó alguien que ya conocía, porque soy fatal para eso de llenar silencios incómodos. Y hoy no quería pasar por eso.
Pero quizá el plato fuerte del día de hoy, fue el de dedicarnos a encontrar ( o a mencionar más bien, puesto que se supone que ya los deberías de tener contigo), tres líderes (social, político, cultural) que admirásemos; y justificar la razón de dicha admiración.

De manera que me puse a pensar.
Y Demonios! TODOS YA TENIAN SUS TRES LIDERES GRABADOS EN SUS CORAZONES INTELECTUALES! TODOS! Yo también tenía uno. Pero solo uno. (sí, ya saben de quien hablo). Así que como por ahi dicen, maté dos pájaros de un tiro haciendo de Juana, una líder social y política. Y vaya que lo fue.
Juana representaba la cosmovisión de las clases bajas francesas, haciendo de eso un espejo de la sociedad, mediante el cual, le devolvió a Francia los ánimos y las esperanzas de seguir adelante y expulsar a los ingleses. En el aspecto político, ella fué la UNICA personas que se dio cuenta de la importancia y de la gran diferencia que haría, la colocación de la corona real sobre el delfín Carlos: Francia jamás se uniría, más que bajo el mando de su REY. Ella fué quien se dió cuenta de la gran diferencia que haría para el pueblo ese título real. Y hasta aquí chingué.

No tenía ningún líder cultural grabado en mi corazón. O tal vez si lo tengo o lo tenía. Pero quizás en aquellos momentos se encontraba circulando en el duodeno o en alguno de esos lugares que a nadie le importa. Así que decidí por inventarme uno. Si claaaro, el primero que dijeran los demás. Y así fue como desde hoy Frida Kahlo se convirtió en mi primer líder cultural con una justificación bastante pasable de esas que suenan ensayadas y no.

Creo que gran parte de la ansiedad compulsiva que me provocan estos días, se debe en gran medida, a la manera en la que me imagino como serán las cosas en los primeros días de clases. Siempre tiendo a pensar e imaginarme con muchos detalles (una clase de fantasía escolar) en como será la interacción con todas las nuevas personas con las que me encontraré. Tantos rostros nuevos me intimidan pero al mismo tiempo, estimulan mi naturaleza gregaria al querer conocer que hay detrás de ellos; al querer hacerme amigos de ellos. Estoy loquito yo nomás?
Rostros nuevos, rostros divertidos, rostros misteriosos, rostros indiferentes e incluso malvados. Rostros que te invitan a conocerlos y a los cuales me dan ganas de acercármeles y en honor a Sara miau, preguntarles: ¿Quieres ser mi amigo?
Creo que lo que quiero decir es que quiero saber si solo soy yo, o si también ustedes sienten esa necesidad; esa cosquilla o esa naturaleza humana de querer llegar el primer día de clases y simplemente, abordar estos rostros nuevos para descubrir que hay detrás de ellos.
Espero averiguarlo.